Month: mayo 2010

¿Cristianismo imposible?

Muchas de las cosas que Jesús enseñó me molestan. Él hizo afirmaciones muy osadas que invierten el sentido que tengo de la realidad y me dejan pensando,
igual que a sus discípulos: «¿Quién puede entonces ser tu discípulo?» Las normas de Cristo son tan imposibles que uno se puede descorazonar.
Es por eso que la historia del hombre rico me…

Dilbert

El caricaturista y humorista Scott Adams se hizo famoso por su cómic llamado «Dilbert». En la década de 1990, también escribió un libro titulado El principio de Dilbert. Allí se burla de la tecnología, de las modas pasajeras en el liderazgo y de los gerentes incompetentes. Muchos se ríen a carcajadas por la manera en que estos temas del libro se vinculan con su entorno cotidiano de trabajo.

Pedacito de cielo

Hace un tiempo, mi esposa encontró a una mujer que necesitaba transporte. Al pensar que quizá Dios había preparado la situación, aceptó llevarla. En el trayecto, la mujer le contó que era creyente, pero que estaba luchando contra un problema de drogadicción. Mi esposa escuchó a esta angustiada mujer y luego le habló. Mientras le daba esperanzas sobre un mañana mejor, creo que, en cierta medida, esa mujer experimentó un pedacito de cielo en la tierra.

Granizo hecho por el hombre

El granizo que produce una fuerte tormenta puede devastar las cosechas, herir animales, golpear a la gente, dañar aviones y destruir la pintura de los autos…
y tal vez hasta los cristales.
En mis días de meteorólogo aficionado aprendí que esas bolas de hielo vienen en todos los tamaños, desde una pelotilla diminuta hasta el tamaño de una toronja. (¿Te…

¡Oración contestada!

Estas son algunas de las razones por las que un grupo de jóvenes hace poco decidió no orar:
• No saben cómo.
• Están demasiado ocupados.
• Nunca hicieron el hábito.
• De todas formas no funciona.
A pesar de que Jesús nos enseñó a orar (Mateo 6:9-13), y Pablo nos dijo que oráramos sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17; Filipenses…

Amor tangible

La biblioteca Chester Beatty, en Dublín, Irlanda, alberga una maravillosa colección de fragmentos antiguos de la Biblia. Uno de ellos, muy pequeño, es una porción de Juan 19. Esta parte del Evangelio de Juan describe el momento en que Jesús, durante Su crucifixión, le habló a Su madre demostrando el amor que sentía por ella y el interés en su bienestar. Las palabras pertenecen al versículo 26, donde leemos: «Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo».

Pon tus ideas a trabajar

Estás rodeado de ideas, cosas que han pensado gente como Shakespeare, Voltaire, los presidentes, Bach, Martin Luther King, Sócrates y Madeleine Albright, por mencionar algunos.
Cuando estudias el mundo, y específicamente el área que te interesa, te expones a muchas ideas que han tenido los demás. Lees cómo concibieron esas ideas y ves los resultados de las mismas.
Algunas ideas…

Zona protegida

Cuando los horrores de la guerra asolaron a los habitantes de Nanjing, en China, ni las mujeres se salvaron de la creciente violencia, y muchas fueron atacadas y asesinadas. En este entorno amenazador, Minnie Vautrin tomó medidas heroicas para impedir que las mujeres chinas fueran heridas. Mientras servía como misionera y maestra en Ginling College, en Nanjing, Minnie colaboró con el pueblo chino, misioneros, cirujanos y empresarios, y convirtió la escuela en una «zona protegida», un lugar de refugio para miles de mujeres y niñas.

El paso de fe

Nota: En su libro He Is There and He Is Not Silent [Él está
presente y no guarda silencio] (Tyndale 1972), Francis
Schaeffer hizo énfasis en que aunque los cristianos deben dar
un paso de fe para confiar en el Hijo de Dios para salvación
eterna, no es un salto a ciegas. Dios ha contestado nuestras
preguntas más vitales sobre…

Inclinarse hacia Dios

El Hermano Lawrence, cocinero en un monasterio del siglo xvii, me ha enseñado muchas cosas sobre cómo recordar de manera consciente a Dios. En su libro La práctica de la presencia de Dios, Lawrence menciona formas prácticas de «ofrecerle a Dios tu corazón una y otra vez durante el transcurso del día», incluso mientras se realizan tareas como cocinar o reparar zapatos. «La profundidad espiritual de la persona —decía él— no depende de cambiar las cosas, sino de modificar las motivaciones; es decir, hacer para Dios lo que comúnmente haces para ti».